HOMENAJE AL GRAN POETA MEXICANO
Antonio Plaza
Su biografía
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Pagina a Cargo de Humberto Garza
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NOTA:
Esta biografía es un extracto de la escrita por Juan
de Dios Peza.
Ser poeta, es sentir hondo, pensar alto y hablar claro,
y cuán pocos de los llamados poetas, cumplen con estas
condiciones. Aquel a quien no conmueve la hermosura,
no lo cautiva el sentimiento, ni lo seduce la belleza de
la forma no puede ser artista.
Hay poetas quienes no tienen otro cuadro que la
naturaleza para crear sus concepciones, y no por eso dejan
de ser originales y talentosos. La aurora, el océano, la
soledad imponente de los bosques, las maravillas del cielo
sereno o tempestuoso, los crepúsculos, el canto de las aves,
todo esta alli para ser descrito en forma delicada y pura.
Antonio Plaza nació en Apasco estado de Guanajuato
un 2 de junio de 1833, sus padres fueron José Ma. Plaza y
María de la Luz llamas, de niño fue enviado a la ciudad de
México a estudiar en el Seminario Conciliar, donde solo
tenia dos opciones, estudiar Jurisprudencia o tomar una
carrera Eclesiástica,
El niño era precoz y liberal por instinto; asi es que
aquellas aulas, de las cuales salieron Juan José Baz,
Manuel romero Rubio, Justino Fernandez, y otros heroes
de renombre a defender la Constitución de 1857 y las leyes
en las filas progresivas y en ellas sirvió hasta el año de 18861
en el cual se retiró con licencia y con un pie inutilizado por una
bala de cañón en pleno campo de batalla.
Plaza esgrimió la pluma del periodista defendiendo las
nuevas ideas, y sus trabajos llenaron las columnas de "El Horóscopo",
"La Idea", "El Constitucional", "La Luz de los Libres" y
muchas
otras publicaciones por el estilo.
Estos periódicos, en su mayor parte, eran las hojas
volantes que encendían el fuego de la libertad.
en 1862, con el grado de Teniente Coronel, ingresó en el Depósito
de los Jefes y Oficiales y asistió después a las campañas de Querétaro,
de done vino con el ejército a la capital en 1867.
Muchas veces me reveló que no obedecía a preceptos de escuela;
que nunca pudo nutrir su espíritu con la lectura de los grandes maestros,
y que a semejanza de las aves, cantaba porque sentía la necesidad
de cantar, sin importarle que la gloria le diera sus lauros o el Olvido
le envolviera en sus crespones.
Resignado y pobre muere un 26 de agosto de 1882 dejando
huérfanos a sus tres hijos. Lo sepultaron en el panteón del Tepeyac
(Villa de Guadalupe) Y como era de esperarse los periodicos
le consagraron articulos llenos de sentimiento.